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Daniel Gascón

LOS FUGITIVOS

LOS FUGITIVOS

Marga Minco (Ginneken, 1920) perdió a toda su familia en manos de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. La hierba amarga , que toma el título de un alimento que se comía en la cena de la víspera de la Pascua judía y servía para recordar el éxodo de Egipto, es la historia de una huida y una pérdida: Minco habla de la desintegración de su familia, y ofrece una visión íntima y transparente de una tragedia compartida por millones de judíos en toda Europa.

Los Minco tienen una sastrería en Breda. El padre percibe señales inquietantes como las nuevas leyes que marginan a los judíos, pero es incapaz de imaginar lo que sucede en los campos y contagia a sus familiares su optimismo: “No comprendo por qué la gente nos mete tanto miedo. ¿Qué podrían hacernos?”, dicen. Esa inocencia, como la sencillez y la precisión en los detalles, es uno elemento fundamental de La hierba amarga: Minco cuenta cómo, cuando los obligan a coserse la estrella amarilla, cogen dos para cada uno y las bordan con esmero; cuando secuestran a su hermana, se pregunta si habrá podido llevarse su ropa de invierno para afrontar el frío de Polonia. Los Minco viajan a Utrecht, a Amersfoot y Ámsterdam. Los ataques a su dignidad y a su condición de ciudadanos desembocan en una verdadera persecución. Cada vez hay más redadas y deportaciones; oyen que “de allí no vuelve nadie”, y la vida cotidiana se convierte en una pesadilla: el padre y el hermano de Marga se someten a pruebas médicas para ir a un campo de trabajo, Marga se tiñe el pelo y la familia busca escondites. Poco a poco, van atrapando a todos menos a Marga, que sufre la culpa del superviviente, se refugia con unos granjeros, y acaba sola y con un nombre falso: sabe que los suyos no regresarán. La hierba amarga es un libro tristísimo y limpio, sobrio y estremecedor.

Marga Minco. La hierba amarga. Libros del Asteroide , 2007. Traducción de Julio Grande. Prólogo de Félix Romeo

Esta reseña apareció el 20 de septiembre en Artes & Letras. En la imagen, Marga Minco.

1 comentario

Magda -

Sobre esta culpa del sobreviente habla mucho el para mi mejor escritor que existe actualmente, el húngaro Imre Kertész. En 'Sin destino', una obra magistral, el narrador-personaje, un adolescente judío que (como el mismo Kertész), llevan a Auschwitz y después a Birkenau, cuenta esa manera que tenían de someter a pruebas médicas para ir a un campo de trabajo. Es impactante.
Siempre me he preguntado cómo el ser humano es capaz de soportar tanto, los que sobreviven deben de tener su espíritu muy lastimado, y sin remedio.
Terrible lo que algunos humanos pueden llegar a hacer a otros seres humanos...
Excelente título el de 'La hierba amarga', me gustaría leerla.