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Daniel Gascón

LA BROMA DE LOS HERMANOS CHÉJOV

LA BROMA DE LOS HERMANOS CHÉJOV

 

Escribe Donald Rayfield en Antón Chéjov. Una vida, que Plot Ediciones publicará en castellano próximamente:

1.

Mientras Alexandr se marchaba al campo para pasar un tiempo junto a su rico amigo Leonid Tretiakov, Kolia y Antón decidieron representar a los Chéjov de Moscú con Gavriil Selivánov y el tío Mitrofán en el evento social más destacado que vivió Taganrog ese verano: la boda de su primo Onufri Loboda. Antón llegó con un magnífico sombrero de copa plegable, que no paraba de escaparse a causa del viento durante el trayecto hacia la iglesia. Kolia dibujó una caricatura, y Antón escribió textos burlones. Taganrog nunca olvidó esa boda, ni la caricatura, que se publicó en otoño.

Prudentemente, ni Antón ni Kolia se quedaron durante mucho tiempo después de la boda. Antón tardaría casi seis años en volver a ver su ciudad natal.

2.

En septiembre de 1881, eufórica después de la boda en la familia, la tía Marfa Loboda escribió para felicitar a Antón por sus éxitos. Había sido cruelmente engañada. Taganrog no admiró a Antón por mucho tiempo. La entrega de El espectador (número nueve, cuatro de octubre de 1881) que publicaba el texto sobre el Salon de Variétés contenía una doble página con las malvadas caricaturas de Kolia y el irrespetuoso texto de Antón “Temporada de bodas”. Los Loboda, los Chéjov y Gavriil Selivánov podían ver sus caras dibujadas entre los invitados de boda: un borracho y ruidoso Mitrofán; el novio, Onufri Loboda, calificado como “Tan tonto como un corcho... se casaba por el dinero”; Gavriil Selivánov, como el “tenorio”. El escándalo estalló cuando Alexandr se mudó a Taganrog. Advirtió a Kolia y Antón:

Si valoráis vuestras espaldas, os aconsejo que no vayáis a Taganrog. Los Loboda, Selivánov, sus amigos y sus parientes están verdaderamente furiosos por “La temporada” de El espectador. Aquí ven esa caricatura como la peor ingratitud posible después de la hospitalidad.

Ayer Selivánov vino... con el siguiente discurso:

“Te diré que el comportamiento de Antón y Nikolái es de canallas, y que lo hicieron de mala fe, cogiendo material para sus chistes en casas donde los recibieron como si fueran de la familia... No sé qué he hecho para merecer este insulto”.

Antón permaneció impertérrito: replicó que sentía por todos los ejemplares de los Loboda la misma aversión que ellos sentían por el número dieciocho de El espectador. (...). Probablemente, Mitrofán no se había emborrachado en su vida; leyó El espectador y se sintió traicionado: ¿cómo concordaba esa pulla con las enfáticas declaraciones de amor que Antón había hecho cuatro meses atrás? La tía Marfa tardó años en volver a escribir. Gavriil Selivánov no contestó las cartas de Antón. La cariñosa Lipchka Agali, probablemente la belleza helénica retratada como “la Reina de la fiesta”, también cayó en el silencio. No sería la única ocasión en que los que podía estar más seguros del afecto de Antón se veían avergonzados y humillados en su obra narrativa; Chéjov nunca admitiría, ni mucho menos lamentaría, su explotación.

En la imagen, Antón Chéjov retratado por su hermano Kolia.

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