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Daniel Gascón

VENTAJAS

VENTAJAS

 

1.

Hace unos meses El País publicó una entrevista con Luz Gómez García, autora del Diccionario sobre el islam y el islamismo (aquí un comentario). Hace unas semanas ella publicó un artículo en el mismo periódico, donde vinculaba las críticas al islam con la islamofobia. La idea de la islamofobia equipara la crítica a una ideología –el islam- con la crítica a unas personas y con las intenciones racistas. Luz Gómez García situaba entre los comportamientos ‘islamófobos’ el de los defensores de derechos humanos que critican la religión musulmana, a los musulmanes que han sufrido su opresión y alertan sobre ella (“Es el caso de los musulmanes que, sin representatividad comunitaria, triunfan en los medios como interlocutores: su principal objetivo es la búsqueda de visibilidad”, decía, aunque había otros culpables: “A ellos se suman, de tanto en tanto, promesas del mundo del arte cuyas ‘provocaciones’ artísticas son recibidas con alborozo como fruto de la libertad que Occidente les ha brindado”). Al mismo nivel que ellos situaba , en otro apartado, a los partidos de extrema derecha.  Es decir,  alguien que se opusiera a las lapidaciones o a la ejecución de apóstatas y homosexuales; una mujer que ha escapado a un matrimonio forzoso y critica esa imposición; un novelista que mencione a Mahoma  y ofenda la extraordinaria sensibilidad de los teócratas; e incluso cientos de miles de musulmanes  o ateos de países islámicos, que critican la ideología que los oprime -como desde hace siglos han hecho tantos en  España con las imposiciones terroríficas del catolicismo- participarían en el mismo movimiento que los grupos xenófobos de la extrema derecha europea.

Era un intento perverso de atribuir una intención racista a toda crítica de unas ideas que someten a millones de personas. Por otro lado, en ningún momento decía que hubiera algo malo en el islam o alguna de sus interpretaciones. Pero lo que más me llama la atención es esa forma de definir a los otros en categorías, de elegir por ellos lo que son antes de nada  y atribuirles -malas- intenciones. El País publica otra entrevista con Luz Gómez García en la contraportada del diario, en la que, un poco en la misma línea, ella va a Palestina, hay huelga general, va a comprar agua a un tendero  y reprocha al comerciante que no participe en la huelga.

En la entrevista  Gómez no habla de islam, sino de árabes, un término étnico y lingüístico, aunque el islam es la religión oficial en la mayoría de los países árabes:

Gómez dice que nunca ha tenido problemas por ser mujer en un país árabe. "Todo lo contrario. Llegado el momento te puede servir de gran ayuda por verte desvalida", asegura.

Ése es el título de la entrevista: “Ser mujer en un país árabe puede ser de gran ayuda”. Un país árabe, por poner un ejemplo, es Arabia Saudí, donde las mujeres no pueden pasear solas ni conducir y no tienen derechos iguales sino "similares", entre otros muchos elementos de desigualdad y oscurantismo. Y:

De todos los países árabes, Egipto es su preferido. Y más en concreto, El Cairo. ‘Su humor se parece mucho al nuestro. Se ríen de sí mismos, de sus símbolos nacionales, lo critican todo. También tienen el gusto por vivir en la calle, son más abiertos a hablar con desconocidos’.

Los derechos humanos están peor en otros países del mundo árabe que en Egipto, que Mubarak gobierna desde hace 28 años. Pero desde 1952 hasta 2005 no hubo elecciones; las de 2005, aunque se consideraron un avance, no cumplieron criterios democráticos: se crearon restricciones para impedir la participación de los líderes de la oposición (uno de ellos fue encarcelado después de la elección), se denunciaron fraudes y amenazas. Los grupos de derechos humanos han criticado la falta de libertades religiosas (aunque oficialmente se conceden derechos al margen de la religión, no se permitía convertirse desde el islam a otra religión); Freedom House ha denunciado la tortura rutinaria a los detenidos; en 2005 lo situó en el número 6 en una escala que medía las libertades políticas entre el 1 (más libre) y 7 (menos libre); lo calificó de "Parcialmente Libre" en 2006; en 2008 estaba en el puesto 124 en términos de libertad de prensa de los 195 países examinados (el último era Corea del Norte). En el mismo ránking, España estaba en el puesto 46.

En 2008 Egipto prohibió la ablación de clítoris (una práctica preislámica, a la que se han opuesto algunos líderes islámicos del país y que han apoyado otros, al igual que los Hermanos Musulamnes), después de que dos niñas murieran desangradas. El primer arresto por esta costumbre inhumana no se ha producido hasta agosto de 2009. En 2005, una encuesta del gobierno egipcio encontró que el 96 % de las mujeres egipcias que se habían casado alguna vez había sufrido la ablación.

2.

Maruja Torres ha escrito sobre Afganistán, que no pertenece al mundo árabe. En su columna criticaba a la OTAN y a sus aliados (‘auténticos asesinos a quienes la población detesta tanto como a las fuerzas de la OTAN’). Para ella, Afganistán no tiene nada que ver con el terrorismo. Y por supuesto, es un país con unas reglas especiales, no universales: “Los afganos no aceptan la menor injerencia extranjera en sus vidas, en sus tradiciones, en su cotidianidad”.

Pero lo más curioso es que no se le ocurrió nada malo que escribir sobre los talibanes. Sólo: “los talibanes, que son la única fuerza autónoma organizada, guste o no”.

Las cursivas son mías.

3.

La Feminist Majority Foundation –que se opuso a la guerra de Afganistán y a la invasión de Iraq, y que en su carta critica duramente el apoyo estadounidense a los muyaidines en los 80, así como su abandono del país afgano tras la retirada de la Unión Soviética- escribe:

“Afganistán está en una condición deplorable. No hay discusión sobre eso.

Algunos creen que deberíamos marcharnos.

No podemos apoyar esta posición ya que el coste para las mujeres y las niñas sería demasiado elevado y la responsabilidad de EE.UU. en el estado de error actual en Afganistán es demasiado pesada.

Si los EE.UU. fueran a salir de Afganistán, Estados Unidos sería una vez más, romper nuestra promesa con el pueblo afgano, y el país probablemente quedaría bajo control talibán.
Los afganos, especialmente las mujeres y las niñas, saber algo acerca de los talibanes: la opresión y horribles abusos de derechos humanos. No podemos olvidar nunca que despojaron mujeres y las niñas de todos los derechos humanos -el derecho a la educación, la movilidad, la visibilidad, la atención de la salud, el empleo, la lista continúa. Y más recientemente, los terroristas han destruido escuelas de niñas, matado a periodistas y dirigentes locales mujeres y han asesinado a las mujeres docentes enfrente de sus alumnos. Han llenado pistolas de agua con ácido y desfigurado los rostros de las niñas que volvían a la casa desde la escuela. No es extraño que sólo el 4% de los afganos que apoyan a los talibanes de regresar al poder y el 58% piense que plantean el mayor peligro para el país.
(BBC / ABC, diciembre de 2008)”.

4.

Al Qaeda mata a ocho veces más musulmanes que no musulmanes.

En la imagen, mujeres en Afganistán.

 

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