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Daniel Gascón

AUTORES Y PIRATAS

1.

Rescate: el debate de las descargas.

2.

Fernando Savater escribe:

Diderot no es un entusiasta de los privilegios de los gremios ni de cualquier cortapisa a la libertad de comercio, pero entiende perfectamente que la única forma de que un autor sea remunerado por su trabajo —y por tanto pueda crear en libertad no tutelada por mecenas— es proteger los derechos de los editores que compran su obra de parásitos imitadores que vendan a menor precio lo que otros consiguieron según trato justo. Su pragmatismo ayuda a sus principios, para facilitar su cumplimento más allá de la retórica. Este razonado alegato, una bella pieza ilustrada, demuestra que las asechanzas que hoy padece la creación cultural no son espejismos de quienes no entienden la modernidad, sino la continuación de un combate contra los que desde antaño pretendieron malversarla en su interés. Y nos deja algunos axiomas imprescindibles, como que “el autor es dueño de su obra o no hay persona en la sociedad que sea dueña de sus bienes” y que “el derecho del propietario es la verdadera medida del derecho del comprador”.

3.

Escribe Denis Diderot en Carta sobre el comercio de los libros:

“¿Qué bien le puede pertenecer a un hombre, si una obra del espíritu, el fruto único de su educación, de sus estudios, de sus desvelos, de su tiempo, de sus investigaciones, de sus observaciones; si las horas más bellas, los momentos más bellos de su vida; si sus propios pensamientos, los sentimientos de su corazón, la parte más preciosa de sí mismo, la que no merece, la que lo inmortaliza, no le pertenece? ¿Qué comparación entre el hombre, la sustancia misma del hombre, su alma, y el campo, el prado, el árbol o la viña que la naturaleza ofrece al principio igualmente a todo el mundo, y que el particular solo se apropia a través del cultivo, el primer medio legítimo de posesión? ¿Quién tiene más derecho que el autor a disponer de lo que es suyo como regalo o venta?

[…]

Lo repito: el autor es propietario de su obra, o ninguna persona en la sociedad es propietaria de su bien”.

4.

Muchas veces, los defensores de la piratería se justifican hablando de la reticencia de la industria a cambiar su modelo de negocio. Las grandes compañías, dicen, quieren conservar su posición de fuerza. Muchos autores, añaden, atrapados por las explotadoras prácticas de la industria, están a favor de la piratería. Los piratas son gente que ama la cultura y sus acciones solo perjudican a grandes corporaciones: serían una especie de Robin Hood colectivo. 

Además de que no me convence mucho la idea de que se pueda robar a una empresa solo porque sea grande, hay muchos ejemplos que no encajan en ese relato. Se puede pensar en el caso, por ejemplo, de un director que invierte su dinero y su tiempo para hacer una película, obtiene la colaboración de actores y técnicos, consigue latas de película caducadas para rodar, no recurre a ningún tipo de mecenazgo ni de ayuda pública, y solo espera tener el control de la explotación de su producto —usando plataformas digitales y presenciales— para que la película se vea en las condiciones que quiere y, si es posible, conseguir unos beneficios para recuperar la inversión y compensar a la gente que ha participado en su proyecto.

Al poco tiempo, ese director descubre que su película se puede ver en muchos lugares de la red. El otro día compró una copia de la película en el top manta.

1 comentario

Hansel Toscano -

Uff, tema muy complejo debido a que en muchas partes del mundo, la piratería ya dejo de ser una alternativa y paso a convertirse en primera opción, y número 2: el internet ayuda mucho a saber que vale la pena comprarse original... el problema es que muchos ya no saltan al consumo establecido del producto que les gusto ¿Flojera, decidía, el ya no querer gastar? Sepa Dios!.. Te invito a visitar un blog colectivo en el cual escribo http://distopiasensacionaldecultura.blogspot.mx/ y aquí nuestra página de face https://www.facebook.com/DistopiaSensacionalDeCultura ¡Saludos!