LA DISTANCIA MÁS CORTA
1.
¿Qué es un golpe de Estado?, por Gonzalo Rivero.
2.
Escribe Manuel Arias Maldonado en la edición andaluza de El Mundo:
A medida que el sumario de los ERE va revelando la hondura de la corrupción institucionalizada en el gobierno de la Junta de Andalucía, alcanzando ya la instrucción a quienes toleraban el reparto irregular de fondos o tenían la obligación de ponerle freno, las acusaciones de sus dirigentes van sonando más huecas, con el timbre de madera propia del argumentario partidista. Sucede lo mismo con el PP en relación al caso Bárcenas: el encastillamiento de la casta política genera una incredulidad automática, porque automáticas son las reacciones de quienes se comportan, como dijera una vez Sánchez Ferlosio, al modo de una secta de juramentados. Es lo que tiene la llamada adhesión incondicional, que no cumple las condiciones morales mínimas de un orden democrático y remite más bien a la ley de hierro de la tribu. En este contexto, por desgracia, también quienes glosan el fenómeno en los medios de comunicación tienen cada vez más difícil exponer un argumento original que arroje nueva luz sobre la corrupción y su relación con la sociedad.
Sea como fuere, los distintos escándalos que plagan nuestros periódicos demuestran una vez más la peculiar dependencia que el tejido sociopolítico español tiene respecto de los poderes externos y los órganos antimayoritarios. Sin el poder judicial, pocos de estos casos de corrupción habrían salido a la luz, igual que, en clave menor pero reveladora, sufriríamos todavía el botellón que amargó la vida a tantos vecinos hace una década; sólo cuando los jueces actúan, se resuelven ciertos problemas. Por su parte, la Unión Europea, demonizada en tiempos de crisis por oportunistas de distinto signo, impone cordura en nuestra legislación, aunque insistamos en hacer trampa y liberalizar sólo aquello que nos parece.
En ambos casos, la lejanía o impermeabilidad del poder correspondiente sirve a su buen funcionamiento porque el partido de turno no puede colocar al primo de fulano ni apelar, a la manera fascista, al voto popular como bálsamo que condona corruptelas o iniquidades. No otro es el mecanismo que ha arruinado a las autonomías, una buena idea mal ejecutada: la cercanía de los poderes públicos a los ciudadanos ha producido un aguachirle de favores e impunidades. ¡Es la mentalidad, estúpido!
Si bien se mira, hablamos de la contaminación tribal de la vida pública. Nuestra sociedad civil se caracteriza por eso que los sociólogos llaman familismo amoral, es decir, una asignación de recursos que privilegia a los miembros del propio clan, ya sea éste estrictamente familiar o vecinal. Por desgracia, la cercanía del sistema político no ha desfamiliarizado a la sociedad, sino que ha familiarizado al aparato político y administrativo, siendo el resultado neto de semejante parasitismo un cuerpo social domesticado cuyos ciudadanos deambulan como sonámbulos, sin que el amontonamiento de los casos de nepotismo y el saqueamiento de las arcas públicas modifiquen sus opciones electorales. Esto siempre ha sido así en España: por cerrazón ideológica, interés clientelar o desinformación, los ciudadanos no han castigado la corrupción en las urnas. Quizá porque nuestra atmósfera moral propicia también las corrupciones privadas.
En este contexto, hay un aspecto de la corrupción política que conviene subrayar: su efecto sobre la legitimidad fiscal. Porque no se pagan impuestos de la misma manera allí donde los presupuestos públicos son gestionados intachablemente, que donde se van por el sumidero del clientelismo y la ineficiencia. Fue Berlusconi quien acuñó aquella obra maestra del cinismo: «Comprendo que los italianos defrauden impuestos». ¡Y lo dijo siendo presidente! A este paso, el ciudadano que los paga aquí bien puede concluir que defraudar está justificado, a la vista de dónde acaba su dinero. Y costará convencerlo de lo contrario.
3.
La ola independentista avanza. Sentimentalmente está ganando, racionalmente perdería. Pero ya se sabe que cuando llegas a convencer a mucha gente de que todo el mundo piensa lo mismo, estás creando un ambiente de falsa unanimidad que incluso arrastra a los no convencidos.
4.
El blog de Javier Capitán sobre su tía, la periodista Pilar Narvión.
5.
Los papas hacen santos a los papas, por Gary Wilis.
6.
7.
El que crea en la telequinesia, que me levante la mano.
8.
¿Te hace más conservador la psicología evolucionista?
9.
Ángulos rectos, círculos y cómo veían el mundo los europeos de la antigüedad.
10.
En 2013 se cumplen 100 años de la publicación de Por el camino de Swann.
Monty Python: un concurso para resumir a Proust.
[Imagen.]
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