W. H. AUDEN CUENTA UN CHISTE
1.
Mary Anastasia O’Grady escribe sobre The Threat Closer to Home, de Doublas Schoen y Michael Rowan.
“El señor Chávez llegó al poder en 1999 prometiendo levantar a las clases bajas de Venezuela de su miseria, pero por el momento ha fracasado. De hecho, el país es menos democrático bajo el señor Chávez, decididamente más pobre e inmensamente más dominado por el crimen. Sin embargo, el relato de Chávez se ha contado en los últimos años en un tono casi siempre triunfante. Como Douglas Schoen y Michael Rowan muestran en The Threat Closer to Home, muchos periodistas, ONGs, políticos estadounidenses y estrellas de Hollywood se han enamorado de Chávez, tratándolo como un salvador de los pobres y un tribuno del pueblo. Schoen y Rowan lo retratan, de manera convincente, como algo distinto: un demagogo peligroso. Son menos convincentes cuando recomiendan políticas específicas de Estados Unidos para contener las ambiciones de Chávez.
En su índice de 2007, Transparency International, una organización que califica los países desde el menos corrupto (Dinamarca, número 1) al más corrupto (Somalia, número 179), sitúa a Venezuela muy abajo en la lista, en el puesto 162. Más turbador todavía resulta el creciente autoritarismo de Chávez. Justo después de ser elegido –como nos recuerdan Schoen y Rowan- una asamblea chavista reescribió la constitución para debilitar los controles y los contrapesos a su poder. De ahí en adelante, Chávez se hizo con el control de los jueces y el consejo electoral nacional, el cuerpo encargado del proceso electoral. Después empezó a manipular elecciones. (…)
¿Cómo emplea Chávez su creciente poder? Entre otras cosas, observan Schoen y Rowan, utiliza la riqueza petrolífera de Venezuela para pagar proyectos políticos militatntes en estados vecinos y para comprar propaganda en Washington. Hace alianzas con fundamentalistas islámicos y rebeldes colombianos. Confisca propiedades y toma compañías e industrias, aplastando el sector privado y recortando el pluralismo político. (…)
Los males de Venezuela no tienen nada que ver con una escasez de recursos; tienen que ver con la falta de derechos de propiedad, de una competición justa e igualdad ante la ley. Los que han despojado a los venezolanos de sus derechos no son los estadounidenses sino los políticos venezolanos. Chávez es sólo el último, y quizás el peor, de una larga fila de líderes abusivos y corruptos. Afortunadamente, un buen número de venezolanos se ha dado cuenta de eso. Los llaman “ni-ni”, porque no apoyan ni a Chávez ni a su oposición. En cambio, esperan la llegada de una clase política venezolana que, por fin, aceptará los límites democráticos de su propio poder”.
2.
Desde el siglo VII hasta Pahmuk, Elif Şafak, Perihan Mağden y Latife Tekin, una breve historia de la literatura turca.
3.
Christopher Hitchens le escribe una carta a Barack Obama.
4.
Suspiros y sonrisas de la literatura nigeriana en 2008.
5.
Steven L. Isenberg escribe sobre sus almuerzos con E. M. Forster, W. H. Auden, Philip Larkin y William Empson.
“Cuando la comida llegaba a su fin, le preguntamos a Auden qué era lo que más le gustaba de Nueva York, y dijo que los chistes judíos. Me preguntó si sabía alguna. Dije que era de Los Ángeles y no podia imitar el acento, pero mi tía de Brooklyn y mi padre contaban chistes Buenos. Se rió de los dos que le conté, y después contó uno de sus favoritos. Un tipo de Upper West Side va al psiquiatra. El doctor lo escucha y le dice que está deprimido y hostil. El médico le sugiere un hobby o una mascota, algo que le permita escapar. El hombre dice que vive en un apartamento pequeño, sería difícil. El médico dice que serviría una mascota pequeña. Unas semanas después, el médico nota la mejoría, y le pregunta si ha comprado una mascota. ‘Sí’, dice el hombre. ‘¿De qué tipo?’ ‘Abejas’, responde. ‘¿Abejas?’, pregunta el medico, sorprendido. ‘Pensaba que tenías un apartamento pequeño. ¿Dónde las metes?’ ‘En una caja de puros’, dice el médico. ‘Pero, ¿cómo respiran?’, pregunta el medico.
‘¿Cómo respiran?’, dice el paciente. ‘¡Que les den por el culo!’"
En la imagen, W. H. Auden, Cecil Day Lewis y Stephen Spender. La he tomado aquí.
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