FONDO
1.
Los dos escritores más populares del mundo. Y los 10 novelistas que más venden en Francia. Representan casi un 20 % de las ventas de la ficción francesa.
2.
Se han concedido los dos premios literarios más prestigiosos de Japón. El premio Akutagawa para escritores jóvenes ha sido para Kikuko Tsumura por su novela Potosuraimu no Fune [El barco de los potos dorados], que cuenta la vida de una joven cercana a la treintena que trabaja en empleos extra para redondear el escaso sueldo que cobra en una fábrica.
El premio Naoki fue para Arata Tendo, por su Itamu Hito [Hombre de luto] y para Kenichi Yamamoto Rikyu ni Tazuneyo [Pregúntale a Rikyu].
3.
“¿Por qué la narración sobrevive a lo largo del tiempo y las culturas? Quizás la respuesta esté en nuestras raíces evolutivas. Un estudio sobre la forma en que la gente responde a la literatura victoriana apunta que la novela actúa como un cemento social, reforzando los tipos de comportamiento que benefician a la sociedad. La literatura ‘podría condicionar continuamente a la sociedad para que luchemos contra los malos impulsos y trabajemos de forma cooperativa”, dice Jonathan Gottschall, de Washington and Jefferson College, Pennsylvania.
4.
5.
Jason Epsein ha escrito una Autopsia del negocio del libro:
“Lo que es cierto para el mundo editorial es cierto para la civilización: los libros sque sobreviven el examen del tiempo son el fondo editorial de la humanidad, nuestra memoria colectiva. No me refiero simplemente a los clásicos sino a títulos recientes, cientos de los cuales se publican cada año y se unen a ese fondo editorial el tiempo suficiente como para que avance ese diálogo civilizador. Sin esos libros no sabríamos quiénes somos de dónde venimos o hacia dónde vamos: son el continuo juego del presente con el pasado, la confrontación de la mente humana con el problema de la existencia. ¿Se habría hundido la economía estadounidense si los cuidadores de nuestro tesoro y buen nombre que gastaron nuestra riqueza basándose en la suposición de que la avaricia se autorregula hubieran leído a esos grandes conservadores escépticos de la naturaleza humana, Gibbon, Hobbes, Smith y Burke, o estudiado la sabiduría de los fundadores de nuestro país? Los clientes de Madoff no habrían perdido un céntimo si hubieran leído La pequeña Dorrit y hubieran encontrado allí al ruinoso y arruinado Mr. Merdle, el exacto prototipo de Bernie. El fondo editorial –del que nosotros los editores, junto a los estudiosos, los libreros y los profesores, somos los guardianes- es verdaderamente un asunto de vida y muerte”.
“El principal objetivo de publicar ficción general y no ficción nunca fue el beneficio –aunque el beneficio era esencial para seguir en el juego. Editar es una vocación en la que el trabajo es su propia recompensa, una meta insuficiente para las empresas actuales.
El negocio tal como existe no puede sobrevivir, pero, de la manera milagrosa en la que ocurren estas cosas, un futuro brillante está al alcance de la mano. El sistema de quinientos años de Gutenberg en el que se entrega a un impesor que manda inventario al almacén de un editor desde el que se consigna a las librerías está siendo desplazado por el efecto combinado de la digitalización e internet, cuyas vastas implicaciones para la cadena de suministros tienen todavía que ser completamente explotadas o incluso entendidas por la industria de hoy. En teoría, cada libro publicado en cualquier lenguaje puede ser almacenado y descargado de forma tan barata y rápida como un email en una variedad de artículos de lectores dedicados, a artículos más versátiles de uso manual y a máquinas que imprimen y encuadernan un título concreto seleccionado en cualquier lugar en el que haya electricidad e internet. (Yo estoy trabajando en el desarrollo y la explotación de uno de esos aparatos, Espresso Book Machine.) Obras completas de autores podrían descargarse desde prácticamente cualquier lugar de la tierra, desde páginas web adecuadas, que protejan los derechos de propiedad intelectual con un software seguro.
El efecto de esta revolución post-Gutenberg será descentralizar el mercado de los libros y reducir los gastos de los aspirantes a editores. Como estos cambios implican lo superfluo de los libros –algunos valiosos y otros no- la necesidad de filtrar y marcar es una tarea vital para los futuros bibliotecarios y bibliógrafos. Mientras tanto, en la penumbra de hoy podemos discernir un futuro espectacularmente brillante en el que las recompensas para escritores y lectores e incluso editores carecerán de precedente, mientras el fondo editorial expandirá pedidos online en una revolución cultural de mayor magnitud que el que produjo el cambio tecnológico de Gutenberg hace cinco siglos”.
6.
Un archivo de portadas de libros.
He tomado la imagen aquí.
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