1968-2011
Yo le conocí, Horacio. Era un hombre de una gracia infinita y de una fantasía portentosa. Mil veces me llevó sobre su espalda. Y ahora, ¡cuánto horror siento al evocarlo! Viéndolo, mi estómago se revuelve. Aquí pendían aquellos labios que yo he besado no sé cuántas veces. ¿Qué se hicieron de tus chanzas, de tus piruetas, de tus ocurrencias cargadas de buen humor, que hacían prorrumpir en una carcajada a toda la mesa?
2 comentarios
Marta -
Estaba fuera de España cuando sucedió y puedo asegurarte que pasé horas buscando a alguien que desmintiera todo. Un abrazo muy grande, Daniel, tan grande como sincero.
Marta Navarro
Luisa M. -
Fíjate, yo estos días -quizás porque le no conocí mucho - no he pensado en lo que pierde el mundo de la cultura; he pensado en vosotros. Hubiera querido escribir ésto de forma no pública; pero no tengo tu mail, Daniel. Un gran abrazo.