NICK COHEN Y LA IZQUIERDA
What’s Left? How Liberals Lost Their Way es un libro del periodista inglés Nick Cohen. Cohen viene de la izquierda: cuenta que durante la infancia, su madre se negaba a comprar naranjas españolas (para boicotear la dictadura de Franco), portuguesas (en protesta contra el régimen de Salazar), sudafricanas (para mostrar su oposición al apartheid), israelíes (en protesta por la ocupación de Gaza) o estadounidenses (no apoyaba al presidente Nixon). Cohen ha criticado duramente a los gobiernos que realizaban prácticas antidemocráticas y tiene posiciones claramente progresistas.
Aunque la izquierda tenía grandes contradicciones, parece que había algo para lo que se podía contar con ella: se mantendría firme contra el fascismo. No obstante, la critica a las democracias occidentales y el relativismo cultural han hecho que la izquierda termine aliándose con corrientes de extrema derecha, justificando violaciones de los derechos humanos y doctrinas profundamente intolerantes, entre las que destaca la interpretación más fanática del Islam.
Según Nick Cohen, las sociedades democráticas occidentales son más progresistas de lo que habrían soñado muchos liberales (en el sentido anglosajón) a principios de siglo. Eso ha provocado un desconcierto en ciertos sectores de la izquierda. What’s Left estudia momentos clave para explicar esta desorientación: desde la política del apaciguamiento de Munich y del pacto entre Hitler y Stalin al comienzo de la Segunda Guerra Mundial hasta la falta de reacción ante el genocidio en Sebrenica, pasando por la condena a muerte de Salman Rushdie. Cohen cuenta cómo gran parte de la izquierda ha renunciado a principios básicos del progresismo como la solidaridad a cambio de combatir a Occidente, y cómo los valores identitarios se han elevado por encima de principios universales y de la honestidad intelectual.
Cohen toma el ejemplo de Kanan Makiya, un exiliado iraquí que fue uno de los primeros en denunciar el régimen de Sadam Hussein. En los años ochenta –cuando el dictador iraquí recibía apoyo estadounidense- era un punto de referencia de la izquierda. Aunque sus posiciones no habían cambiado, a partir de la primera guerra del Golfo, su crítica dejó de ser sincera: se había convertido en un enemigo.
What’s Left también habla de la historia de las ideas: estudia a muchos teóricos postmodernos, que han denigrado conceptos como la verdad,la humanidad o la libertad sexual calificándolos de construcciones culturales. A menudo, el pensamiento es la primera víctima: Luce Irigaray denunció la fórmula de Eisntein E=mc² como una “ecuación sexista”, que “privilegia la velocidad de la luz” por encima de otras velocidades más femeninas, “que son vitalmente necesarias para nosotros”.
Pero esa negación de valores absolutos también tenía consecuencias atroces. Azfar Hussain, que en una reseña de una obra de Narayan hablaba de las mujeres a las que sus maridos y familiares políticos quemaba en la India porque su dote no era tan grande como se esperaba, afirmaba que quienes denunciaban estas prácticas “continuaban proporcionando una visibilidad a los ‘asesinatos por dotes’ en la India y una relativa invisibilidad a los asesinatos por violencia de género que se cometen en Estados Unidos, y por tanto sirve a intereses hegemónicos”. Baudrillard intentó demostrar que Los Ángeles (y la guerra del Golfo ) eran un simulacro; unos años antes, Foucault atacaba la falta de libertades en Occidente y justificaba la persecución a la que el ayatolá Jomeini sometía a los intelectuales porque “Irán no tiene el mismo régimen de verdad que nosotros”. Otros casos serían el de Edward Said o el del lingüista Noah Chomsky , que exculpa los crímenes de regímenes totalitarios y responsabiliza a Estados Unidos de los males del mundo: Chomsky, uno de los primeros en justificar y buscar razones para los atentados del 11-S, niega como teórico político los valores universales y comunes a toda la humanidad que defiende como lingüista.
Cohen explica cómo este pensamiento radical, extremista y a menudo incomprensible y vacío se ha convertido en una corriente dominante. Los movimientos contra la guerra de Irak han sido un ejemplo paradigmático. Aunque admite los múltiples errores que ha habido en la concepción de la guerra, en enfoque unilateral y en la infravaloración del enemigo, a Nick Cohen le sorprende la falta de apoyo hacia los demócratas iraquíes, que se hable de “resistencia”, o que en una reunión del movimiento antiglobalización nadie protestase cuando “se decía que quienes cuestionaban los motivos de los terroristas suicidas que mataban diariamente a civiles (sobre todo musulmanes) eran culpables de ‘racismo anti-islámico’”. En España hemos visto cómo a veces se responsabilizaba al Gobierno del PP de los atentados del 11-M, en vez de a los terroristas: la operación era igualmente repugnante.
What’s Left es un libro apasionante, lúcido y desolador, que recuerda a George Orwell. Nick Cohen ofrece un diagnóstico, pero también una advertencia: “Si los liberales y los izquierdistas están equivocados, y hay buenas razones para pensar que están horriblemente equivocados, la historia los juzgará con dureza. Porque habrán mirado en la cara de un movimiento global fascista, se habrán encogido de hombros y habrán dado la espalda no a un enemigo que los habría matado felizmente, sino a un enemigo que ya estaba asesinando a aquellos que tenían todos los motivos para esperar su apoyo”.
3 comentarios
d. -
http://danielgascon.blogia.com/2009/030801-chomsky.php
Sergi -
Entrenomadas -
Cohen, Said y Chomsky son muy diferentes. En mi caso, tengo debilidad por Said. Pero eso no significa que comparta todas sus opiniones.
En lo que si estoy de acuerdo es en que es casi milagroso mantener sus posturas y la ética de estas tres personas en un país como USA. Creo recordar que Said murió hace unos meses. Espero que haya una generación que continué el trabajo de esta gente. Destaco a Anne Chomsky, es brillante.
Bueno, vaya rollo que te he contado.
Un saludo,