MÚSICA Y COPAS
El Heraldo habla de las actuaciones en directo. Se ha cerrado una sala en Zaragoza, y algunos empresarios y músicos de la ciudad lamentan que no acuda bastante público a los conciertos. Buscan explicaciones y critican las dificultades que pone el ayuntamiento para conceder las licencias, o que no se incorpore el público joven. El reportaje, que descarta en la primera línea los cientos de actuaciones y la “efervescencia” –una palabra horrible: se diluye enseguida- de la Expo, habla de siete salas. No sé si es representativo: en mi calle, por ejemplo, hay por lo menos dos más que no salen en el artículo. Una vez vi una muy llena, pero igual tuve suerte. También he visto cómo cerraban otras, y he visto cómo el ayuntamiento de Zaragoza ha hecho muchos esfuerzos en los últimos cinco años para acabar con la noche.
Sorprendentemente, el reportaje señala que hay demasiada variedad, ya que “las nuevas ofertas se encuentran con que diversifican a la ya escasa masa de aficionados”: a lo mejor, lo que se propone es que los grupos lo dejen, y que las salas cierren. El público tiene parte de culpa, porque al parecer sólo paga entradas para ver a los famosos y le falta entusiasmo por la música. Por otra parte, según el artículo, algunos sitios como La Casa del Loco o la Sala Oasis van bien, pero eso es porque funcionan como discotecas “de copas”.
Una pieza más breve habla de los bares con música en directo en Huesca: los empresarios están contentos, parece que va bastante gente a las actuaciones. Yo me alegro. Pero me desconcierta el titular: “El dinamismo de Huesca la sitúa como capital de Aragón para las actuaciones en vivo”. No sé muy bien qué concepto de capital utiliza, pero imagino que será esencialista o metafísico. No hay ningún dato que explique o sostenga esa afirmación, aunque sí se menciona del apoyo institucional y un técnico del ayuntamiento comenta que la colaboración del ayuntamiento con la iniciativa privada y las asociaciones ha sido buena. Como en el artículo sobre Zaragoza no se habla del número de locales en los que se puede actuar (se citan ocho lugares de Huesca y un programador oscense nombra una sala de Zaragoza que no aparecía en la pieza anterior), ni del público que va, ni de la cantidad de conciertos, ni de la escena musical local. Desde luego no parece que algunos protagonistas de la noticia coincidan con el titular: “Al no haber tantos conciertos como en Zaragoza, el público no se diversifica”, dice un músico de Huesca, que no quiere que haya muchos más conciertos en la ciudad para evitar la saturación.
El artículo sobre Huesca no habla de las copas. Pero he estado en El Edén y varias de las salas que menciona el artículo, y sé que venden copas; imagino que también las habrá en los otros bares de Huesca con actuaciones en directo. Espero que sea así, para cuando vaya.
3 comentarios
Rafael Castillejo -
www.rafaelcastillejo.com
ana m. -
Feliz verano Dani, besos.
Entrenomadas -
Hace tiempo que el ayto. decidió que una parte de la noche se trasladará a las afueras de la ciudad. Cosa que no entiendo. Ya que pienso que se puede conciliar las dos cosas, la tranquilidad de vecinos y la oferta musical nocturna. Claro que para eso hay que diseñar un modelo de ciudad y de otras muchas cosas y no sé si hay árbol para tanto bosque.
No sé, no sé.
Es para pensar, desde luego.
Bewsa,
Marta