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Daniel Gascón

1984

1984

 

1.

Hoy 1984 cumple 60 años. Un hermoso artículo sobre cómo se escribió.

2.

Escribe Keith Gessen:

“Durante la mayor parte de su carrera [Orwell fue] un escritor con problemas económicos, que se ganaba la vida reseñando libros a una velocidad pasmosa, fue gradualmente reconocido, sobre todo tras la aparición de Homenaje a Cataluña en 1983, como un gran estilista de la prosa en inglés. Con la publicación de Rebelión en la granja –un libro que rechazaron varias editoriales inglesas importantes, porque no querían ofender al aliado soviético-, Orwell se convirtió en un nombre de referencia.

Después su influencia creció y creció, así que poco después de su muerte ya se había convertido en un fenómeno. ‘En la Gran Bretaña de los años 50’, se lamentó una vez el crítico cultural Raymond Williams, ‘en cada carretera por la que avanzabas parecía esperarte Orwell. Si intentabas desarrollar una nueva forma de análisis cultural, aparecía Orwell; si querías hablas del trabajo o la vida corriente, ahí estaba Orwell; si te involucrabas en cualquier tipo de debate socialista, la enorme estatua de Orwell te advertía para dar la vuelta’. En cierto modo el increíble éxito póstumo de Orwell parece uno de los episodios más originales de la vida cultural en Occidente.

No era, como señaló Lionel Trilling, un genio; no era misterioso; había servido en Burna, lavado platos en un hotel de París, y luchado nos pocos meses en España, pero esto no configura una vida aventurera; la mayor parte del tiempo vivió en Londres y escribió reseñas de libros. Su éxito le parecía tan raros a algunos que hay incluso un libro, George Orwell: the Politics of Literary Reputation, que intentaba llegar al fondo del  asunto.

Cuando vuelves a sus ensayos de los años 1940, el misterio se evapora. Probablemente no podrías escribir ahora así, aunque aprendieras el oficio: la voz parecería impostada, tras Orwell. Pero no hay nada impostado aquí, y parece hablar, pese a la especificidad de los asuntos que aborda, directamente al presente. En su voz clara y fuerte oímos una advertencia. Porque nosotros, también, vivimos en un tiempo en el que la verdad desaparece del mundo, y exactamente de la forma que temía Orwell: a través del lenguaje. Nos movemos por el mundo nombrando cosas en él, y explicamos el mundo por medio de frases e historias. La lección de esos ensayos es clara: mira a tu alrededor.

Describe lo que ves como un observador ordinario –porque eres uno de ellos, ya lo sabes- lo verías. Tómate las cosas en serio.

Y di la verdad.”

3.

Christopher Hitchens, en La victoria de Orwell:

“En los últimos meses del siglo XX, me las ingenié para obtener un visado para Corea del Norte. Con frecuencia señalada como ‘el último estado estalinista del mundo’, de la misma manera podría describírsela como el Estado estalinista prototípico del mundo. Fundada bajo la protección de Stalin y Mao, y hecha todavía más hermética y provinciana por el hecho de que una península dividad, por así decirla, ‘la encerraba’, la República Popular Democrática de Corea seguía exhibiendo las siguientes características a fines del año 2000. En cada edificio público, una inmensa fotografía del ‘Gran Líder’ Kim Il Sung, el hombre muerto que todavía detenta el rango de presidente en lo que uno podría, por lo tanto, denominar una necrocracia o mausocracia. (Todos los otros puestos importantes están ocupados por su hijo ‘El Querido Líder’ Kim Jong Il; ‘El Gran Hermano’ también era una perversión de los valores familiares.) Los niños marchaban en formación hacia la escuela, entonando canciones de alabanza al antes mencionado Querido Líder. En todos los hogares se exhibían fotografías del Líder. Un alfiler prendido en la solapa con los rasgos del Líder era un accesorio obligatorio para todos los ciudadanos. Había altavoces y aparatos de radio que tronaban con constante propaganda sobre el Líder y el Partido. Como se trataba de una sociedad interminablemente movilizada para la guerra, su propaganda era histérica y –en referencia a los extranjeros y a las potencias extranjeras- intensamente chauvinista y xenófoba. Una total prohibición de noticias con el exterior o cualquier contacto con otro país. Una absoluta insistencia, en todos los libros y publicaciones, en una visión unánime de un pasado sombrío, un presente combativo y un futuro radiante. Reiterados boletines de noticias absolutamente falsas sobre exitosas pruebas militares y magníficos objetivos de producción. Una omnipresente atmósfera de escasez y hambre, aliviada sólo con los alimentos más elementales y limitados. Una arquitectura grandiosa y opresiva. Un continuo énfasis en los deportes masivos y los ejercicios en masa. Una aparente represión total de todas las cuestiones conectadas con la libido. Periódicos son noticias, tiendas sin mercancías, un aeropuerto casi sin aviones. Un vasto nexo de túneles debajo de la capital, conectando los diferentes búnkers del Partido, de la policía y los militares”.

4.

Corea del Norte condena a 12 años de trabajos forzados a dos periodistas estadounidenses.

Apagones y medidas drásticas en Cuba contra los derrochadores.

5.

Sobre el lenguaje y la política, Orwell escribió en Politics and the English Language: “El estilo inflado es una forma de eufemismo”. Hoy, durante toda la mañana, El País contaba así que el Partido Socialista ha perdido las elecciones europeas: “El PP, inmune a la corrupción”.

He tomado la imagen de Orwell aquí.

 

1 comentario

Hans -

La verdad es que Orwell es uno de mis escritores favoritos; no sólo lo obvio ('Animal Farm' o '1984') si no, probablemente incluso de modo más intenso, el Homenaje a Cataluña o las recopilaciones de artículos. En un arranque de pasión me llevé de 'Los Portadores...' todas las que tenían y me parece sensacional y honesto, y con una capacidad de anticipación pasmosa.
Grande, Orwell.