VIDA
1.
El Ayuntamiento de Zaragoza ha cedido al integrismo católico el Auditorio para organizar un congreso sobre el aborto. Supongo que por el escenario se llama Sinfonía por la vida. El Heraldo de Aragón publica un artículo sobre éste -que ha estado en internet un rato, pero luego han actualizado-, donde la presidenta de Provida en España dice frases tan delirantes como que “a las mujeres en España se nos está obligando a abortar”. Además, el aborto es “el mayor problema que tiene España en estos momentos”. Y en otro lugar, ha escrito que el 5 de julio es “el más triste de España”, porque en esa fecha se despenalizó el aborto en 1984, y que una ley de plazos equivale a "la democratización de la pena de muerte en España". En las páginas de la Federación y las notas de prensa de las delegaciones repartidas por España, se habla de la píldora anticonceptiva –no la píldora post-coito- como un “abortivo a priori”; se defiende que una niña de 9 años violada por su padrastro debe continuar con el embarazo, aunque ponga en peligro su vida; se critica que unas Directrices de Educación Sexual para el Empoderamiento de los Jóvenes elaborada por la UNESCO sea un “plan perverso”: cuando la guía habla de educar contra la homofobia, un prejuicio que cada año se cobra muchas vidas, denuncian la medida como “apología de la homosexualidad”.
Estas asociaciones se empeñan en negar la realidad y hablan de cosas como un amenazado “derecho a ser madre”, promocionan estrategias que contribuyen al aumento del SIDA, condenan a muchas mujeres a una salud precaria y una vida dedicada exclusivamente a la crianza, impiden su incorporación al mundo laboral y el control de las mujeres sobre su propio cuerpo y su sexualidad (la presidenta habla en la página web de la federación de “sexualidad ordenada”, que debe de ser la buena, aunque no sé si se refiere a una postura). Las ideas que promocionan, actualizadas con palabrería pseudometafísica, pseudocientífica y pseudofeminista (que por cierto resulta repugnantemente paternalista, y absolutamente machista), son directamente responsables de la desigualdad de la mujer en muchos lugares, y han significado y significan todavía un formidable obstáculo para la medida que más contribuye al desarrollo de una sociedad: el empoderamiento de las mujeres. No parecen distinguir entre el sexo que uno practica libremente y el forzado; gastan más energía en condenar la libertad sexual –que según ellos es una imposición a las mujeres y el origen de los abortos, pese a que se han producido toda la historia, y a lo largo de toda la historia el ser humano ha tenido muy poca libertad e información en asuntos sexuales, precisamente- que las violaciones empleadas como arma de guerra. Pero lo más indignante es que estas asociaciones afirmen saber lo que quieren en el fondo todas las mujeres, que al parecer están “silenciadas” en España. Por eso, deciden hablar por todas ellas. Pero llevan usurpando su palabra demasiado tiempo, y diciéndonos a todos como debe ser la vida.
2.
“Los opositores del aborto tienden instintivamente a intentar desalentarlo poniendo tantas restricciones legales como sea posible. Pero las estadísticas desafían ese enfoque. Un nuevo informe del Instituto Guttmacher, un think-tank favorable a la libertad de elección, sugiere que el número de abortos está disminuyendo, especialmente en países donde existe un régimen legal al respecto. Pero el número de abortos ilegales (y por lo general inseguros) se mantiene.[...]
El informe calcula que desde 1994 el número de abortos se redujo desde más de 45 millones en 1995 a menos de 42 millones en 2003. La caída es aún mayor dado el crecimiento del 10% de la población del mundo durante ese período. La mayor parte de la disminución se ha producido en los países donde los abortos son legales. En Europa oriental, por ejemplo, la terminación era un método anticonceptivo en la era comunistas. Ahora hay otros métodos disponibles.
Las prohibiciones del aborto se van suavizando poco a poco, aunque en los países pobres sigue siendo mucho más difícil que en los ricos. Desde 1997, 22 estados han cambiado sus leyes sobre el aborto; y en 19 de esos casos, el cambio fue la liberalización. La política de ayudas también está cambiando. Una de las primeras acciones presidenciales de Barack Obama fue revertir una medida polémica, conocida como ley mordaza de la Ciudad de México, que prohibía a las organizaciones benéficas de planificación familiar que reciben dinero estadounidense efectuar o facilitar abortos.
La fotografía del aborto ilegal es borrosa, pero menos alentadora. Incluso es difícil calcular su número: las mejores fuentes son las encuestas anónimas y los datos médicos de los casos en que los abortos ilegales han conducido a complicaciones. El informe calcula que el número anual de abortos ilegales se mantuvo en torno a los 20 millones durante el período, casi todos en países en desarrollo. El 86% de las mujeres en edad reproductiva en países pobres, aparte de China y la India (que tienen leyes más permisivas sobre el aborto), viven en países que lo restringen poderosamente.
Los abortos clandestinos en los países pueden implicar la aplicación de cócteles medicinales caseros, curanderos tradicionales y otros recursos no científicos, así como cirugía de personas sin formación médica. Se estima que 70.000 mujeres mueren cada año por tales métodos. Incontables millones sufren complicaciones como la esterilidad a causa de abortos mal practicados.
¿Cuáles son las implicaciones para los que diseñan las políticas? Sharon Camp, del Instituto Guttmacher, dice que la liberalización no aumenta la tasa de abortos. En Europa occidental, que tiene algunas de las leyes más liberales en el mundo en este aspecto, las tasas de aborto son más bajas. Lugares donde el aborto está prohibido, como Uganda, son los que normalmente presentan la mayor incidencia de abortos.
La raíz de la mayoría de los abortos es el embarazo no deseado. Un signo alentador es que éstos están cayendo en todo el mundo, desde 69 por cada 1.000 mujeres (entre 15 y 44 años) en 1995 a 55 en 2008. Pero las cifras de los países pobres (57 por cada 1.000) son mucho más altas que en los países ricos (42 por cada 1.000). La proporción de mujeres casadas que utilizan métodos anticonceptivos en todo el mundo aumentó desde el 54% en 1990 al 63% en 2003, según el informe.
Un inesperado aliado en este frente es el VIH / SIDA. Los hombres de los países pobres, especialmente en el África subsahariana, son normalmente muy reacios al uso de anticonceptivos. Pero Laura Laski del Fondo de Población de las Naciones Unidas asegura que el miedo a esta enfermedad mortal está aumentando el uso del preservativo incluso en África.
Nada de esto va a eliminar el aborto ilegal en el futuro inmediato. La receta final para la reunión del Fondo de Población en Addis Abeba [aquí una crónica] es la importancia de reforzar la capacidad de los sistemas de salud de atención para hacer frente a las secuelas de abortos inseguros. Ni siquiera los más firmes defensores de la prohibición del aborto creen que la atención médica se deba negar en tales casos. El Departamento británico de Desarrollo Internacional anunció una nueva política sobre el aborto el 14 de octubre que pretende incrementar la comprensión de los peligros del aborto realizado sin garantías médicas. A nadie le gusta el aborto. Pero quizá la manera de reducir su frecuencia esté cada vez más clara”.
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