DIBUJOS ANIMADOS
“La censura en Comedy Central de un reciente episodio de South Park después de las amenazas por una caricatura de Mahoma es la última prueba de que Occidente está rindiéndose, institución por institución, a difusas pero resueltas exigencias para suprimir cualquier cosa que pueda ser condenada como blasfemia contra el Islam.
Estas exigencias son nuevas –empezaron en 1989, con la fetua del ayatolá Jomeini contra Salman Rushdie- y son poco comprendidas por el Oeste. Hay mucho más en juego que un profano e intencionalmente crudo programa de dibujos animados.
La controversia comenzó el 14 de abril, cuando, en el episodio 200 de la serie, los creadores, Matt Stone y Trey Parker, decidieron emplear a personajes polémicos, sobre todo celebridades, de su pasado –‘todos los que [nos han molestado] a nosotros’, como Parker explicó a la prensa. En el episodio, estos personajes amenazan con presentar una demanda colectiva contra la ficticia localidad de South Park a menos que la ciudad pueda llevar a Mahoma ante ellos: en un anterior episodio de South Park, una imagen de Mahoma fue censurada y las celebridades creen que pueden robar el misterioso poder del profeta para estar libre del ridículo.
En varios momentos en el episodio, la figura de Mahoma es tachada, oculta en un remolque mientras los lugareños debaten sobre la forma de sacarla a la luz y, finalmente, disfrazada con un traje de oso. El público lo escucha, pero nunca ve su rostro. Mientras tanto, Jesús mira pornografía, Buda esnifa cocaína.
Un grupo neoyorquino llamado Revolution Muslim publicó rápidamente un mensaje en su página web que parece incitar a la violencia contra Stone y Parker. Se ‘advierte’ que ‘probablemente terminarán como Theo van Gogh por difundir este programa’, aclarando cualquier posible duda con una foto del cineasta holandés después de que fuera asesinado por un fanático musulmán en 2004. También incluye fotos de Stone y Parker y direcciones de su compañía de producción, así como imágenes de Ayaan Hirsi Ali, Salman Rushdie, Kurt Westergaard, y otros que han sido objeto de fetuas por supuesta blasfemia. Hay una superposición de audio del terrorista estadounidense Anwar al-Awlaki leyendo una fatwa contra la blasfemia: ‘Dañar a Alá y su mensajero es una razón para alentar a los musulmanes a matar a quien lo hace.’
Para el episodio 201, Comedy Central aumentó la autocensura, sustituyendo con pitidos de audio no sólo cada mención de la palabra ‘Mahoma’, sino también los discursos con los que toda Parker y Stone tenían la intención de concluir la historia -discursos que, irónicamente, hablaban de mantenerse firmes frente a la intimidación. En palabras de la revista Hollywood Reporter, esto hizo todo el episodio ‘prácticamente incomprensible.’
Mientras South Park insulta a los musulmanes junto con casi todos los demás, sus creadores recibieron una amenaza de muerte no sólo por insultar, sino porque al parecer había cometido una blasfemia contra el Islam, un delito por el que la muerte ha sido el castigo tradicional. Revolution Muslim específicamente denuncia el ‘sacrílego’ tratamiento del profeta y su ‘burla’ de la prohibición islámica que impide enseñar su cara por medio ‘del vacío legal’ del disfraz de oso.
Respetar las leyes islámicas de la blasfemia no es poca cosa. Puesto que el islam es un complejo sistema de creencias que se refiere a todos los ámbitos de la vida, en los regímenes islámicos no se pueden discutir grandes grupos de ideas que se debaten normalmente en Occidente. El difunto ex presidente de Indonesia y distinguido estudioso islámico Abdurrahman Wahid observó que las leyes islámicas sobre la blasfemia aplicadas bajo la coacción ‘estrechan los límites del discurso aceptable en el mundo islámico, e impiden a muchos musulmanes pensar ‘fuera de la caja’ no sólo acerca de la religión, sino sobre vastas esferas de la vida, la literatura, la ciencia y la cultura en general’.
En Occidente, los extremistas ya han reaccionado violentamente a las declaraciones que especulaban sobre el vínculo entre la doctrina islámica y la violencia (el discurso del Papa Benedicto XVI en Ratisbona); ante las protestas por el abuso de las mujeres por parte de algunos musulmanes (Submission, de Van Gogh y Hirsi Ali), ante el uso del Corán en una obra de ficción (Los versos satánicos de Rushdie), ante las explicaciones del islam a los judíos (Hijos de Abraham de Khalid Durán), ante las críticas a la ley de la lapidación en Sudán (un relator especial de la ONU), y ante la ficcionalización del matrimonio del profeta con una niña de nueve años de edad (The Jewel of Medina de Sherry Jones). Es sólo una pequeña muestra.
Luego está el efecto del miedo. Debido a las amenazas a los otros, Yale University Press, Random House, el Museo Metropolitano de Arte y otros han abandonado sus planes de publicar o mostrar ideas e imágenes sobre el islam. Incluso el británico Index of Censorship admitió que el miedo motivó su decisión de no publicar las caricaturas danesas en un artículo que criticaba la decisión de Yale University Press de no publicar las caricaturas danesas en su ‘definitivo’ libro sobre el tema.
El resultado es que ahora Younis Abdullah Muhammad, director de Revolution Muslim, se ha unido a Parker y Stone en el equipo de creativos de South Park. Comedy Central se suma a Yale University Press, Random House y el Museo Metropolitano de Arte en la lista de las instituciones occidentales que dejarán a los extremistas islamistas tomar decisiones acerca de lo que puede mostrar y decir. En una entrevista en febrero que abordaron la censura en torno a las caricaturas danesas, incluso en South Park, Stone dijo al Huffington Post: ‘Los caricaturistas, gente que hace sátira, no estamos en el Ejército, no vamos a ser reclutados, y este es el momento de ponerse de pie y hacer lo correcto. Y a ver al New York Times, a Comedy Central, y a todo el mundo, diciendo: “No, no vamos a hacerlo, porque en el fondo tenemos miedo de que nos pongan una bomba” apestaba. Me llevé un gran chasco.’ A menos que resistamos a esta intimidación, esto será sólo el comienzo”.
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