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Daniel Gascón

EL JOVEN CONGET

EL JOVEN CONGET

Muchas veces, el primer libro de un escritor encierra todo su mundo. Prensas Universitarias de Zaragoza ha reeditado en Larumbe las tres primeras novelas de José María Conget, bajo el título de la ‘Trilogía de Zabala’ y con un prólogo excelente de Ignacio Martínez de Pisón. ‘Quadrupedumque’ (1981) cuenta la llegada a Lima de Miguel Zabala y su mujer, Tana, y su crisis matrimonial. ‘Comentarios (marginales) a la Guerra de las Galias’ (1984) combina los recuerdos infantiles de los personajes con su vida tras la separación. ‘Gaudeamus’(1986) narra un curso universitario plagado de personajes inolvidables. Son tres libros arriesgados y hermosos, influidos por la audacia constructiva de Faulkner y Vargas Llosa y el espíritu juguetón de Nabokov. Fundan un universo: el recuerdo de una Zaragoza reprimida y tristona y la vida en otras ciudades; la pasión por el cine, la literatura y los tebeos; los placeres y las angustias del amor y el sexo, los hombres atenazados por el miedo y las mujeres resueltas e indispensables; la ambición artística y la ansiedad erótica; la política, la educación y los iluminados; el lirismo y un sentido del humor envidiable y salvaje. Todo eso aparece también en novelas como ‘Todas las mujeres’ o ‘Palabras de familia’, en los relatos de ‘Bar de anarquistas’ o ‘La ciudad desplazada’ y en textos como ‘Pont de l’Alma’. Con la ‘Trilogía de Zabala’ el lector regresa a una forma de escribir que no está de moda, donde se exige y recompensa su participación. Obtiene una perspectiva sobre una época de España, Zaragoza y Latinoamérica. Observa una educación sentimental dolorosa y divertida, escrita por una especie de Woody Allen educado en los jesuitas y tamizado por la literatura de vanguardia. Y asiste al momento emocionante en que un gran narrador le construye una casa para siempre.

Este artículo apareció en Artes y Letras de Heraldo de Aragón. La foto es de Heraldo.

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