UGANDA
“Como gay ugandés, Frank Mugisha ha sufrido insultos por parte de extraños, mensajes de odio en su teléfono, acoso policial y ser señalado en un periódico como uno de ‘los principales homosexuales del país’. Puede que eso parezca pronto una época mejor.
La cadena perpetua es la pena mínima para toda persona declarada culpable de tener relaciones sexuales homosexuales, en virtud de un proyecto de ley contra la homosexualidad del Parlamento de Uganda. Si el acusado es portador del VIH o un agresor en serie, o una ‘persona de autoridad’ sobre su compañero, o si la ‘víctima’ es menor de 18 años, la condena se traducirá en pena de muerte.
Los miembros del público están obligados a informar de cualquier actividad homosexual a la policía en 24 horas o se arriesgan a tres años de prisión. Activistas a favor de los derechos humanos dicen este escenario que se traducirá en una caza de brujas. Los ugandeses que rompan la nueva ley en el extranjero estarán sujetos a solicitudes de extradición .
‘El proyecto de ley se cierne sobre nosotros’, dijo Mugisha, 25, presidente de Minorías Sexuales de Uganda, una coalición local de grupos de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales que serán prohibidos por la ley. ‘Si esto ocurre, tendremos que abandonar el país.’
Grupos de derechos humanos dentro y fuera de Uganda han condenado la legislación propuesta, que está diseñada para fortalecer leyes de la época colonial, que ya criminalizaban las relaciones homosexuales. El problema amenaza con eclipsar la reunión de jefes de gobierno de la Commonwealth que terminó en Trinidad y Tobago ayer; el Reino Unido y Canadá expresaron gran preocupación. Antes de la reunión Stephen Lewis, un ex enviado de la ONU para tratar el SIDA en África, dijo que la ley ‘es una burla a los principios de la Commonwealth’ y tiene ‘el sabor del fascismo’.
Pero la homofobia profundamente arraigada de Uganda, junto una campaña evangélica con vínculos en la derecha cristiana de Estados Unidos que alega los hombres homosexuales están tratando de ‘reclutar’ a los escolares, y que la homosexualidad es un hábito que se puede ‘curar’, ha asegurado un amplio apoyo público para el proyecto de ley.
El presidente Yoweri Museveni parecía añadir su apoyo a principios de este mes, cuando advirtió a los jóvenes de Kampala que había oído que ‘los homosexuales europeos están reclutando en África’, y dijo que las relaciones homosexuales están en contra de la voluntad de Dios.
‘Decíamos el señor y la señora, pero ahora es el señor y el señor. ¿De qué va eso?’, dijo. En una entrevista con The Guardian, James Nsaba Buturo, el ministro de estado para la ética e integridad, dijo que el gobierno estaba decidido a aprobar la legislación, a ser posible antes de finales de 2009, incluso si eso significa la retirada de los tratados y convenios internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU, y la retirada de inversiones.
‘Estamos hablando de sexo anal. Ni siquiera los animales hacen eso’ Butoro dijo, agregando que él personalmente estaba cuidado a ‘seis ex homosexuales’ que habían sido traumatizados por la experiencia. ‘Creemos que hay límites a los derechos humanos’.
La homosexualidad ha sido siempre un tema tabú en Uganda, y muchos lo consideran una afrenta tanto a la cultura local y la religión, que desempeña un papel importante en la vida familiar. Este estigma negativo y la amenaza real de pérdida del empleo significa que ninguna personalidad pública ha ‘salido del armario’.
Incluso las campañas locales del VIH -que han sido fuertemente influenciados por la iglesia evangélica con un sesgo favorable a la abstinencia frente al uso del preservativo- han evitado deliberadamente dirigerse a los hombres homosexuales, tanto para la prevención como para el acceso al tratamiento.
‘Esto significa que muchos gays aquí creen que el SIDA no es un problema, lo que es muy peligroso’, dijo Mugisha, que junto con algunos colegas, se ha arriesgado a que lo que detengan al defender en los últimos años un cambio en la política sobre el VIH.
Al mismo tiempo, algunos influyentes líderes religiosos han advertido sobre los peligros de aceptar las actitudes liberales occidentales hacia la homosexualidad.
Tanto los opositores como los partidarios están de acuerdo en que el impulso para el proyecto de ley llegó en marzo, durante un seminario en Kampala para ‘exponer la verdad que hay detrás de la homosexualidad y la agenda homosexual’.
Los principales oradores fueron tres evangelistas estadounidenses: Scott Lively, Don Schmierer y Caleb Lee Brundidge. Lively es un señalado activista antigay y presidente de Defend the Family International; mientras que Martínez Salazar es un autor que trabaja con ‘grupos de recuperación de homosexuales’. Brundidge es un ‘entrenador de reorientación sexual’ en la International Healing Foundation [Fundación Internacional de la Curación].
El seminario fue organizado por Stephen Langa, un electricista de Uganda que se volvió pastor y dirige la Family Life Network [Red de la Vida Familiar] en Kampala, y ha extendido el mensaje de que los gays se dirigen a los escolares para la ‘conversión’. ‘Dan dinero a los niños para reclutar a compañeros de clase –en cuanto tienes dos chicos, toda la escuela se ha ido,’ dijo en una entrevista. Preguntado sobre si ha habido algún caso legal para probar esto sucedía, contestó: ‘No, por eso es necesaria esta ley’.
Después del congreso Langa organizó una petición firmada por miles de padres para que se entregara al Parlamento en abril. En unos meses el proyecto de ley había sido elaborado.
Christopher Senyonjo, un obispo anglicano retirado, dijo que el proyecto de ley llevaría Uganda a ser un estado policial. ‘Esta ley está recibe la influencia de algunos evangélicos en el extranjero’, dijo. ‘Hay una falta de comprensión acerca de la homosexualidad: no es la el reclutamiento, es la orientación’.
Pero entre los líderes religiosos de todas las religiones la suya es una voz rara. Langa, el pastor, dijo que la única cosa que falta en la legislación es una cláusula de ‘rehabilitación’ de los homosexuales, a los que ‘ama’ y quiere ayudar. Los derechos de los homosexuales tenían el potencial de destruir la civilización, como el oeste podría averiguar pronto, dijo.
‘Un padre me dijo: Preferimos vivir en cabañas de hierba con nuestra moralidad que en rascacielos entre homosexuales’.’
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