REJAS
El Comité de Escritores en Prisión del English PEN ha celebrado su primer medio siglo con un número de ‘Index on Censorship’ que recoge 50 casos célebres de escritores perseguidos. Entre ellos están el polaco Adam Michnik, el cubano Jorge Valls, el ruso Aleksandr Solzhenitsyn o la sudafricana Ruth First. Muchos tuvieron que exiliarse o esconderse; otros fueron asesinados. Algunos siguen en prisión, como Zarganar, condenado a 35 años por criticar la actuación del gobierno birmano tras el ciclón de 2008. Abdul Kareem Soliman salió de una cárcel egipcia en noviembre, tras una condena de cuatro años por insultar al islam. En diciembre, mientras China mantenía en prisión a Lui Xiaobo, Kuwait encarcelaba al periodista Mohammed Abdulqader al-Jassem por “difamar al rey”, Bielorrusia arrestaba a Neklyaev y otros escritores que protestaron por el reciente fraude electoral, e Irán condenaba a seis años de cárcel al periodista Emadeddin Baghi. Su compatriota Jafar Panahi pasará el mismo tiempo en prisión por un delito de reunión y propaganda contra el régimen; no podrá hacer películas en 20 años. Un informe de Freedom House alerta del declive de la libertad de prensa en el África subsahariana, Oriente Medio y América Latina. En muchos sitios, los avances que se produjeron tras la caída del muro de Berlín han dado marcha atrás: en 2009, solo una de cada seis personas vivía en un país con prensa libre. China, Rusia y Venezuela limitan sistemáticamente la libertad en Internet, y crece el número de periodistas que sufren ataques y asesinatos. La libertad de expresión no debería ser objeto de sofística, como con la ley Sinde: es un valor esencial por el que miles de personas se juegan la vida cada día. Sus enemigos –teócratas, criminales y dictadores- son nuestros enemigos.
1 comentario
Ms. Pac Man is NOT your friend -
Tu estás del lado de la Sinde, colega.
Tan joven y ya cultureta...
¡A la hoguera con los culturetas!
No existe el dolor, ¿lo sabías?