HIJOS ILEGÍTIMOS
1.
La nueva cuestión alemana, por Timothy Garton Ash.
2.
Una entrevista con Adam Michnik sobre Europa, Polonia y el legado del comunismo: 1 y 2.
3.
Espada responde a Carreras. Pericay sobre crisis y máscaras.
4.
5.
Escribe Sebreli en El asedio a la modernidad:
Los nacionalistas personalizan la tierra, la transforman en un sujeto del cual los habitantes serían un mero atributo. Por eso los derechos individuales son subordinados a la soberanía nacional: “primero la tierra, después los hombres”, es una típica consigna nacionalista, pero la tierra no tiene ningún valor en sí sino por los hombres que la habitan y la trabajan. El Estado nacional no debería ser un fin en sí, sino un medio para defender los derechos de los ciudadanos. Por lo tanto, hay que desacralizar y relativizar el concepto de soberanía territorial, y absolutizar, en cambio, los derechos individuales y la vida humana como lo único verdaderamente sagrado e inalienable.
[…]
Las psicologías de los pueblos, las caracterologías nacionales, tienen dificultades en explicar cómo se transmite de generación en generación el “alma del pueblo”, a pesar de los cambios de tal magnitud que hacen peligrar la permanencia de la “unidad orgánica”. A comienzos del siglo xviii, los ingleses acababan de salir de una revolución y de una guerra civil, y pasaban por ser un pueblo de revoltosos frente a los franceses, que, bajo la monarquía absoluta, parecían pacíficos y conservadores. A finales del siglo xviii, estas diferencias se invirtieron y los ingleses, que habían logrado estabilizar su régimen político, aparecieron, entonces, como pacíficos y conservadores, frente a los turbulentos franceses de la Gran Revolución. Los desenfrenados ingleses de la época isabelina fueron los mismo reprimidos y gazmoños de la época victoriana y volvieron a ser los exuberantes y frenéticos de la swinging London en los años sesenta. Según el tópico, los franceses se caracterizan por su esprit de mesure, pero como recordaba Ernesto Sábato, son franceses Robespierre, Marat, Barba Azul, el marqués de Sade, el proceso Dreyfus, los surrealistas, Céline. Durante el siglo xviii y parte del xix, los alemanes fueron considerados un pueblo poco práctico, sólo inclinado a la música, a la poesía y a la filosofía, hasta que la industrialización y el desarrollo capitalista los mostraron bajo una fase distinta. Los escandinavos, desde sus orígenes vikingos, estaban entre los pueblos más belicosos, atemorizaban a los vecinos, desataban sangrientas guerras. Esa situación de guerra permanente duró hasta la era napoleónica. Hoy, por el contrario, se encuentran entre los pueblos más pacíficos del mundo.
6.
30 años de la muerte de Raymond Aron y un fragmento de sus memorias.
7.
Cómo el FBI hizo que me aficionara a los libros raros.
8.
Intelectuales en la máquina de guerra de las SS.
[Imagen.]
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