EL PRÍNCIPE Y LAS PELÍCULAS
“De cine. Memorias de un príncipe de Hollywood” (Acantilado, 2007) es la autobiografía de Budd Schulberg (Nueva York, 1914). Schulberg escribió guiones de películas como “Un rostro en la multitud” o “La ley del silencio”, y publicó novelas como “¿Por qué corre Sammy?”, “El desencantado” (Acantilado, 2004) y “Más dura será la caída” (Alba, 1999). Su actuación durante la “caza de brujas” –aceptó haber pertenecido al Partido Comunista, dijo que había recibido presiones para retocar pasajes de una novela, y dio los nombres de otros miembros- ha oscurecido injustamente una obra brillante, y una vida que ofrece una perspectiva única del cine americano.
“De cine” cuenta los primeros 18 años de Schulberg y retrata una época de la industria desde el punto de vista de un niño hipersensible y tartamudo, que vive en el corazón del cine, rodeado de las estrellas más famosas, pero que quiere ser escritor y ama los deportes por encima de todo. El padre de Schulberg, B. P., había empezado en el mundo de la publicidad y se convirtió en un magnate de la Paramount, a las órdenes de Zukor. A B. P. le gustaba experimentar con las posibilidades artísticas del nuevo medio, y era aficionado a la literatura, al alcohol, el juego y las actrices. Su madre, Adeline, era una mujer elegante, que protegía a escritores y artistas y aconsejaba a su marido, y que fue propagandista de la URSS antes de convertirse en una exitosa agente.
Schulberg describe la vida familiar y habla del momento en que el cine se convierte en un arte y en un negocio inmenso (“Había que ser muy tonto y totalmente inepto para no ganar dinero”), de la fundación épica de Hollywood, y de la llegada del sonoro. Los judíos –que escapaban de las persecuciones en Rusia y el Este de Europa- desempeñaron un papel fundamental en el desarrollo cinematográfico; construyeron en Hollywood una tierra prometida. Todo parecía posible: en el Alejandría “en una misma tarde, uno podía echar un polvo, convertirse en una estrella, fundar una nueva compañía y arruinarse”. Cuando estalló la Revolución rusa, el productor L. J. Selznick le escribió una carta al zar Nicolás II, en la que le decía que, a pesar de que “cuando era pequeño en Rusia vuestra policía trató muy mal a mi pueblo”, no le guardaba rencor: como que se había quedado sin empleo, le ofrecía trabajar para él. Hay muchas anécdotas sobre actores y cineastas, que retratan un mundo disparatado, divertido y a menudo trágico: Marcel de Sarro fue un director de éxito paralizado por el miedo, la sex symbol Clara Bow no pudo superar la llegada del sonoro, B. P. dejó a su esposa y perdió su empleo.
“De cine” también cuenta el aprendizaje de Schulberg. Habla de las instituciones educativas, de sus inicios en el periodismo y en la literatura, de los consejos que recibía de su padre o de Ben Hecht, de las actrices que coqueteaban con el hijo del jefe, y del descubrimiento de que no todo el mundo compartía su bienestar: critica la explotación de las estrellas infantiles, investigó sobre los linchamientos, y en un viaje a México sacó una impresión de pobreza desoladora. Budd se encuentra con algunos de sus temas preferidos: la crueldad, la traición, la energía, el éxito y el fracaso. La autobiografía de Schulberg está llena de anécdotas hermosas y personajes interesantes, ofrece un testimonio único, y demuestra la fuerza narrativa de un escritor capaz de reconstruir un mundo.
De cine. Memorias de un príncipe de Hollywood. Budd Schulberg. Traducción de J. Martín Lloret. Acantilado. Barcelona, 2006. 739 páginas.
Esta reseña apareció en Artes & Letras el 11 de enero de 2007.
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